Hay historias que inspiran, y luego está la de Fernando Masiá, el protagonista de una de esas gestas humanas que emocionan y motivan a partes iguales. A sus 52 años, y con una discapacidad sensorial que combina sordera y ceguera, se ha propuesto completar los World Marathon Majors, los seis maratones más prestigiosos del planeta.
Su historia es un testimonio de superación, esfuerzo y pasión por el deporte. Ya ha corrido en Berlín y el próximo 21 de abril lo hará en la Maratón de Boston. Tras estas, vendrán Chicago, Nueva York, Londres y Tokio.
La Fundación Sportium apoya a Fernando Masiá en este gran reto: convertirse en el primer español con Síndrome de Usher en completar los seis grandes maratones. De este modo, reafirma su compromiso con los valores inclusivos en el ámbito deportivo y su respaldo a aquellos que desafían las barreras para hacer historia. Se trata de una de las primeras acciones solidarias del 2025, un año en el que seguirá colaborando con proyectos de inclusión a través del deporte.
El Síndrome de Usher es una enfermedad degenerativa poco común que afecta tanto la audición como la visión. Provoca sordera o pérdida auditiva y retinosis pigmentaria (RP), una afección ocular que reduce progresivamente la visión periférica. En el caso de Fernando, nació con sordera severa y tiene ceguera nocturna y un 5% de visión periférica. A pesar de estos desafíos, Masiá ha demostrado una determinación inquebrantable para completar este reto histórico.
Fernando siente verdadera pasión por el deporte y entiende su vida entorno a ello: “quiero recorrer el mundo, descubrir nuevos lugares y hacerlo a través del deporte, que es lo que más me apasiona. Cuando te diagnostican esta enfermedad, sientes que el mundo se derrumba, que todo se acaba. Pero la realidad es que no se acaba: cambia”, explica Masiá.
Celebramos su ejemplo con orgullo. Su determinación representa valores como el esfuerzo, el trabajo en equipo y la capacidad de ir más allá de los límites. Su historia es también un homenaje a la inclusión y a la fuerza transformadora del deporte.
En un mundo donde las barreras parecen infinitas, personas como Fernando nos recuerdan que lo verdaderamente importante es la actitud. Su reto no solo es deportivo, sino también humano: demostrar que los sueños no tienen límites cuando el corazón empuja fuerte.
Fernando Masiá, un ejemplo de que la verdadera meta no está en la llegada, sino en el camino recorrido.